De acuerdo con las últimas investigaciones publicadas en materia de software de desarrollo, la videoconsola Xbox One dejaría a disposición de sus desarrolladores un nuevo núcleo, más concretamente el séptimo, el cual aumentaría las capacidades técnicas de los productos pensados para ella. Así, la nueva actualización dejaría libre el séptimo núcleo de los ocho que tiene Xbox One, liberando de esta manera la imposición de emplear ese mismo núcleo para las funcionalidades de Kinect, el dispositivo de movimiento de Microsoft. De esta manera, si un desarrollador escoge emplear este séptimo núcleo podrá aprovechar la potencia extra para crear videojuegos más realistas, aunque por consiguiente verá mermadas las operaciones secundarias relacionadas con Kinect, como son la detección de movimiento y voz.
No obstante, si el estudio desea implementar funcionalidad de voz, por ejemplo, verá descender la capacidad del núcleo hasta un 50%, causando algunos problemas al desarrollador, según apuntan las fuentes. De acuerdo con el mismo comunicado, Microsoft se encuentra actualmente arreglando esta problemática y será solucionada en futuras actualizaciones. Todavía es pronto para conocer el impacto de la liberación de potencia de la videoconsola de Microsoft y si realmente ofrecerá un salto cualitativo con respecto a su competencia directa. En cualquier caso, se esperan nuevas informaciones durante las próximas semanas.