Erotismo y Videojuegos

Escrito por  Victor Moyano Lunes, 27 Enero 2014 Noticias
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Erotismo y Videojuegos

Cultura; videojuegos; erotismo. Desde hace años cada vez son más los usuarios que se rinden a las virtudes del entretenimiento digital, ya sea empleando una videoconsola tradicional, un dispositivo portátil o una tablet. Los videojuegos se han sumado a la cultura popular de manera globalizada, abriendo la puerta a multitud de estudios que buscan conquistar a los usuarios con conceptos cada vez más atractivos. Las 'maquinitas' han dejado de ser el entretenimiento de los inadaptados de la década de los noventa para convertirse, casi sin quererlo, en un fenómeno de masas, adentrándose también en el terreno móvil.

Videojuegos eroticos ¿Existen?

Con la masificación y los adelantos tecnológicos surge una pregunta comprometida: ¿Dónde están los juegos eróticos? ¿Existen? La respuesta es afirmativa. Existen, y desde hace más de dos décadas, los videojuegos llevan mostrando sus cartas para mayores de edad desde distintos puntos de vista, ofreciendo experiencias que oscilan entre la sutileza de un momento hasta el realismo explícito en si. Nos centraremos en el primer punto, pues no debemos confundir la belleza del erotismo y su componente psicológico con la realización mecánica del acto en si. De hecho, es curioso comprobar como los videojuegos para adultos llevan entre nosotros desde el lanzamiento de la plataforma Atari, que con pocos píxeles y menos colores vestía muchos de los títulos de corte erótico que proponían conceptos conocidos, convenitentemente aderezados con alguna que otra palabra sugerente. Sin embargo, hablar de erotismo y videojuegos sin nombrar a uno de los grandes no tendría sentido. Hablamos de Leisure Suit Larry, una divertidísima aventura gráfica estrenada en la década de los ochenta que cuajó entre público y crítica gracias a su cóctel de humor y sensualidad. Larry Laffer, un cuarentón sin suerte, busca el amor en los lugares más inhóspitos, dando pie a hilarante situaciones y conversaciones subidas de tono. La franquicia, que tras 'Love for Sale' no ha tenido demasiada trascendencia en la industria, se ha estrenado en smartphones con una revisión de la obra original, manteniendo intacto su insaciable espíritu.

No obstante, donde realmente se desató un 'boom' mediático fue con la presentación en sociedad de Tomb Raider, y no precisamente por su estilo de juego, sino por el diseño de Lara Croft, su protagonista. Todo un icono de los videojuegos que, desde su lanzamiento, ha dado lugar a multitud de interpretaciones y deseos ocultos entre la comunidad de los jugadores, elemento que han aprovechado los estudios para ofrecer a sus seguidores diseños mucho más atractivos y acordes con las exigencias de sus adeptos. No es de extrañar, pues, que uno de los pilares del género de lucha centre su principal reclamo -dejando a un lado sus fantásticas virtudes jugables- en los diseños de sus protagonistas femeninas. Nos referimos a Dead or Alive, que nació con la intención de hacerse un hueco en la industria ofreciendo un conjunto de bellísimas -y mortales- luchadoras. Con unas físicas que acompañaron en todo momento, el proyecto cuajó en todos los sentidos, por lo que no fue demasiado raro que las chicas volvieran a encontrarse en un título de voleibol, Dead or Alive Xtreme Beach Volleyball, cuyo único reclamo fue contemplarlas con distintos trajes de baño realizando actividades en la playa; algo similar ocurre con el diseño de Bayonetta, que bajo la temática de título ‘machacabotones’ se esconde una protagonista que no tiene reparos en ofrecer sus atributos más vistosos tanto a sus feligreses como a sus detractores. El videojuego, que demostró personalidad y un concepto de juego más que convincente, causó sensación, apuntando a una secuela en exclusiva para la sobremesa de Nintendo.

Dejando a un lado la seducción sugestiva y subiendo un poco el listón, pasamos a uno de los grandes desconocidos: Singles. Un videojuego muy cercano a ese fenómeno de masas llamado Los Sims, pero desarrollando los matices más prohibidos de la obra de Maxis. Desde el punto de vista de un chico o chica, y con la posibilidad de recrearse en el plano íntimo sin ningún tipo de censura más allá de las propias sábanas, la obra pone a disposición del jugador una historia bastante cercana con diversas posibilidades argumentales, mientras satisfacemos todas las necesidades básicas de nuestro personaje. Otro título que corre la misma suerte es 'Playboy: The Mansion', una versión más subida de tono que Los Sims pero con el mismo concepto jugable, invitar al jugador a llevar la mítica revista Playboy hacia el éxito, pasando por fiestas privadas, sesiones fotográficas y demás.

Por otra parte,7 Sins también introdujo el concepto de erotismo aumentando el nivel y haciendo gala a su nombre, presenta a un personaje cuyo objetivo es evitar sin demasiada suerte los siete pecados capitales, donde el sexo, como no podía ser de otra manera, cobra una importancia descarada. La mecánica del juego, que mezcla algunas conversaciones éticamente incorrectas y minijuegos pocas veces visto en el mundo del entretenimiento digital, aboga por ir pasando niveles para conquistar a las diferentes mujeres mientras llegamos a lo más alto de la pirámide empresarial. Otro gran olvidado por la sociedad y que dio mucho que hablar fue la franquicia Fear Effect, estrenada en PlayStation One y que puso en el punto de mira a dos protagonistas femeninas bajo el género de la aventura con una ambientación ‘steampunk’. Un par de escenas con poca ropa y multitud de trabajos de arte sugerente entre las protagonistas, sumado a una historia que mezcla sentimientos encontrados, terror y guiños de complicidad convirtieron al título en uno de los precursores del erotismo digital.

Hasta aquí hemos hablado de videojuegos clásicos que ofrecen momentos seductores a los jugadores, centrando la atención en títulos de otras generaciones. Pero, ¿quéocurre con los proyectos actuales? A decir verdad, son pocos los estudios que se atreven con este tabú de manera directa, aunque existen ejemplos y un caso concreto que arrojan un rayo de luz a estos proyectos prohibidos. Mass Effect, la sensacional trilogía de BioWare basada en el espacio, protagonizó un episodio de debate en la comunidad de detractores de los videojuegos al permitir que su protagonista -sea hombre o mujer, a elección del jugador- pudiera compartir nicho con algunos de los personajes independientemente del sexo o su raza... alienígena. La escena en cuestión, que no deja de ser meramente sugerente, da rienda suelta a la imaginación del usuario, sin enfocar ningún elemento más allá de lo permitido para evitar herir sensibilidades.

En esta misma tónica nos encontramos con Heavy Rain, un thriller psicológico de Quantic Dream que levantó pasiones -y despertó odios- gracias a su innovador sistema de narración. Una apuesta diferente en el que el jugador, además de controlar a varios personajes, podía realizar tareas tan humanas como preparar el desayuno, ver la televisión un rato e incluso cuidar de su higiene corporal. Este último punto permitió a los jugadores ver los atributos de la protagonista femenina, algo lógico que encajó perfectamente con la situación y se introdujo de manera natural, inesperadamente, como la escena de cama que comparte, en función del camino argumental que escojamos, con otro de los protagonistas. Otros nombres conocidos en la industria también hacen uso del sexo para ganar fidelidad en la trama. Hablamos de Grand Theft Auto, con una quinta entrega más sugerente de cara a lo depravado y erótico. Sin entrar en el terreno de las modificaciones de los usuarios, que ya levantaron ampollas con una versión de GTA San Andreas que permitía mantener relaciones sexuales con las mujeres del oficio más antiguo del mundo, la tecnología que acompaña al título permite acentuar el plano erótico en algunos momentos de la aventura, permitiendo al jugador, por ejemplo, pasar un rato de descanso en un club de striptease y deleitarnos con algunos bailes privados realizados por las profesionales del sector.

Pero sin duda, el máximo exponente del erotismo permitido en los últimos años, a la espera de que algún proyecto le arrebata el trono, es Catherine, la singular propuesta de Atlus que presenta una historia adulta, de corte psicológica, en la que Vincent, el protagonista, debe decidir entre seguir con su pareja estable o dar pie a una inesperada aventura amorosa con una chica de lo más sugerente. Sin ir más lejos, Catherine es un videojuego que sorprende a propios y extraños debido a su erotismo claro, ofreciéndole al jugador una serie de momentos de tensión en los que las preguntas personales, las escenas cinemáticas de corte japonés y los valores como la amistad, la fidelidad y la culpa son la esencia de esta aventura, que, además, mezcla rompecabezas para darle sentido al guión.

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