Crímenes reales tras los casos de LA Noire: El Desastre de Galvanizados Nicholson

Escrito por  Carlos de Ayala Jueves, 16 Junio 2011 Noticias
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Crímenes reales tras los casos de LA Noire: El Desastre de Galvanizados Nicholson

El primer caso descargable en L.A. Noire, “El Desastre de Galvanizados Nicholson” llegará el 21 de junio para aportar, a todos los intrépidos detectives que están deseosos de volver al trabajo, otro jugoso caso que resolver.

La historia está inspirada en un incidente un tanto diferente a los oscuros crímenes que inspiraron la mayoría del resto de casos del juego, y fue un gran titular nacional en la prensa en Los Ángeles de 1947. Más allá de haber cambiado el nombre de la planta en la versión interactiva de ficción la nuestra también añade un montón de intriga, giros y vueltas mucho más allá de lo que los investigadores descubrieron en el caso real - que era mucho más sencillo, aunque para los ejecutivos de la planta resultara chocante y vergonzoso.

En la mañana del 20 de febrero de 1947 - la planta de galvanizados O'Connor, en el 926 East Pico Boulevard del centro de Los Ángeles, estalló una terrible explosión que sacudió la ciudad kilómetros a la redonda. La nube en forma de hongo que se formó sobre el área llevó a muchos a entrar en pánico al principio con la idea de que habían lanzado una bomba nuclear sobre Los Ángeles. Las noticias informaron de aviones a 10 millas de distancia en los que se había sentido la vibración y que se habían hecho añicos las ventanas de los bloques de edificios colindantes. En total, 151 personas resultaron heridas y 15 murieron - las víctimas iban desde peatones inocentes (entre ellos un niño de doce años que montando en su bicicleta a dos manzanas de distancia, que fue golpeado por una tubería que salió despedida por la explosión) hasta la misma persona, encontrada en el interior, que la policía concluyó que fue la responsable de la catástrofe...

Magee había alcanzado su posición impresionando al ejecutivo de la planta, Robert O'Connor, durante una entrevista con sus credenciales de peso (una licenciatura en Ciencias por la Universidad de Indiana, un máster por la Universidad de Pittsburgh, un doctorado en el MIT, así como cursos realizados en Caltech) y con su presentación de un notable y nuevo compuesto químico que él había creado - una mezcla especial de ácido perclórico que podría abrillantar el aluminio hasta brillar como la plata sin los gastos del costoso proceso de pulido y abrillantado.

O'Connor fue convencido - Magee y su nueva y mágica fórmula metalúrgica sería su arma secreta para revitalizar el negocio y darles una clara ventaja sobre la competencia.

Sin embargo, esa fatídica mañana de febrero Magee prácticamente se evaporó junto con sus asistentes en la explosión. Y O’Connor aprendió que no todo lo que brilla es oro.

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