Ryse: Son of Rome

Escrito por  Carlos de Ayala Viernes, 22 Noviembre 2013
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'Ryse: Son of Rome', es uno de los juegos más esperados en el estreno de Xbox One, aunque el resultado finalmente lo ha convertido en el más decepcionante. Crytek vuelve a dar nuevas y profundas muestras del abismal desequilibrio que se puede producir entre lo que se ve y lo que siente, entre la faceta gráfica y la experiencia de juego. 'Ryse' ofrece una espectacular puesta en escena tan anodina como carente de personalidad, algo imperdonable cuando tratas con un gran presupuesto, un contexto histórico sumamente atractivo y todas las posibilidades creativas que puedan ofrecen los mecanismos de la nueva generación. En lugar de esto, nos encontramos con una trama intrascendente, un protagonista sin personalidad, un sistema de combate mediocre, objetivos repetitivos hasta la saciedad y una jugabilidad muy limitada.

 

El hijo de Roma

 

Aunque desde Crytek ya avisaron que 'Ryse: Son of Rome' no sería completamente fiel al contexto histórico en el que se desarrolla, la realidad es que la trama no guarda -a excepción de referencias- ningún paralelismo con la realidad histórica y se toma licencias difícilmente asumibles. De hecho, era algo completamente innecesario teniendo en cuenta la mitología real, la situación sociopolítica del Imperio romano en tiempos de Nerón, asociada a la tiranía y la extravagancia, así como los interesantes personajes de la época, algo que no se ha tenido en cuenta. Con este derroche de licencias históricas, la trama nos cuenta a base de secuencias retrospectivas intercaladas, la historia de Marius Titus, hijo de un importante senador y un soldado que tras ascender por méritos en el campo de batalla, es enviado a Britania a defender los intereses del imperio contra los bárbaros. Tras esta limitada coartada se esconde una historia de venganza plagada de clichés y giros absurdos que llevarán al jugador a conocer varias localizaciones del imperio, siempre controlando a Marius Titus, un personaje tan plano que solo es capaz de levantar alguna afinidad con el jugador en momentos puntales, pero que al mismo tiempo es incapaz de mantenerla y que finalmente pasa como un elemento más del juego. Pero lo más negativo de la oferta no se centra en una historia aburrida y mal contada.

 

 

El sistema de combate de 'Ryse: Son of Rome' se compone de un diseño de mecánicas que seguramente pueda entender un primate, de hecho, es muy posible que un mono sea capaz de lograr buenas puntuaciones en campaña. El sistema es sencillo: "pulsa lo que sea y avanza". Contamos con un botón para atacar, uno para empujar o romper las defensas enemigas, uno para esquivar y otro para parar y contraatacar. Con un gatillo se puede ejecutar a un enemigo alcanzado determinado momento y contamos con un botón especial con el que Mario desata un extraño poder que le permite terminar con la vida de un grupo en pocos segundos, algo en todo caso innecesario. De modo que todo se reduce a: ataca, defiende, ataca, ejecuta; y todo con el aliciente de siempre obtener la muerte del adversario.

 

En contadas ocasiones podemos tomar algo de aire y disparar con un escorpión, una especie de ballesta automatica o realizar una formación de Tortuga dirigiendo al resto de la tropa, pero en ambas se nota el poco interes del estudio en dar más profundidad a las mecánicas. Por ejemplo, rápidamente el jugador se da cuenta que la estructura de los momentos en los que se dispara el escorpión no es más que una excusa sin ninguna pretensión, o que las formaciones de tortuga, de lo más espectacular del juego, no esconden más posibilidades que protegerse, lanzar y cubrirse con tan solo un par de botones y ninguna dificultad. En las secuencias que se desarrollan en zonas acuarteladas también podemos solicitar mediante un comando de voz o apretando un botón, una salva de flechas de nuestros soldados sobre el enemigo, aquí se cierran las opciones para dirigir las tropas del General Marius Titus y las opciones de Kinect.

 

 

Una preciosidad sin interés, épica ni gloria  

 

La dinámica de juego es básica: vamos del punto A al punto B eliminando grupos de enemigos sobre un diseño lineal que no permite una sola ruta alternativa o posibilidad de exploración. Una vez se entabla combate con ellos y tras unos golpes de botón, los enemigos irán reduciendo su vida hasta el nivel de ejecución, que se realiza mediante un sistema clásico de QTE. Aunque estas secuencias son espectacularmente vistosas en un primer momento, a medida que el juego se va desarrollando y se van acumulando decenas de ejecuciones oleada tras oleada, se convierten en una obligación aburrida y cansada. Una obligación porque estos movimientos ofrecen bonificaciones como más vida, daño, experiencia o foco, el método de concentración de Marius. No obstante la nefasta planificación del sistema de aumento de habilidades, con opciones de micro-pago por medio,  permite que rápidamente el jugador complete la lista de beneficios, que por otro lado afectan tan ligeramente a la jugabilidad que no tienen justificación. Además de la historia, que puede extenderse en modo normal alrededor de seis horas, 'Ryse: Son of Rome' incluye como aliciente un modo multijugador, que permite recrearse en la superficialidad con la que se ha tratado la campaña. Básicamente tenemos a nuestra disposición varias arenas donde tenemos que resolver diferentes objetivos, con la misma base de la campaña, pero acompañado por otro jugador.

 

 

A nivel gráfico, 'Ryse: Son of Rome' ofrece momentos de gran belleza y secuencias realmente espectaculares. Aunque se le puede achacar algún fallo, como armas flotando o animaciones que no terminan de entrar cuando deben, el juego no defrauda en lo visual con una dirección de arte cuidada y escenarios sobresalientes que se pierden entre un diseño de niveles mediocre. Pero gráficamente no defrauda a la hora de mostrar modelados con caras y expresiones maxilo-faciales sobresalientes, efectos impresionantes, mucha sensación de robustez en los materiales y una enorme cantidad de elementos sumamente detallados en pantalla. Por otro lado y tratándose de una producción de estas características, la banda sonora se sucede entre temas de corte épico con efectos muy logrados y algún que otro injustificado corte general de audio durante un par de segundos. Además, el juego llega completamente doblado al castellano, algo que en este caso concreto se agradece, ya que las actuaciones vocales para nuestra región logran dar un poco de carisma a los ingratos personajes del juego.

 

Conclusiones

 

Podríamos definir 'Ryse: Son of Rome' como una demo técnica jugable a modo de hack and slash sobre lo Crytek ha sabido extraer de la parcela gráfica de Xbox One. Lo demuestra el nulo interés en mostrar mecánicas atractivas o variadas, un trise diseño de niveles, la falta de rigor histórico que factura una mala trama regularmente contada, un modo multijugador que ahonda en la herida y unas opciones para Kinect que rozan lo admisible. Todo se basa y se escuda sobre un apartado gráfico realmente bello y elaborado, un aliciente que en ningún caso compensa el gasto o justifica la experiencia más allá de la primera hora.

 


 

 

Ryse Son of Rome: Launch Trailer

 

 

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Carlos de Ayala

 

  • Título: Ryse: Son of Rome
  • Género: Acción
  • Fecha de Lanzamiento: 22/11/2013
  • Plataforma: Xbox One
  • Soporte: DVD
  • Desarrolladora: Crytek
  • Productora: Microsoft
  • Distribuidora: Microsoft
  • Multijugador: Si
  • Manual: Castellano
  • Idioma: Castellano
  • Voz: Castellano
  • PEGI: +18
  • Precio: Consultar

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