Dying Light

Escrito por  Elric Ruiz Miércoles, 11 Febrero 2015
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En caso de desencadenarse un apocalipsis zombi global, la teoría dice que solo sobrevivirían los más fuertes y físicamente resistentes. Los humanos más ágiles y atléticos pueden ser los que tengan más probabilidades de sobrevivir en un ambiente tan hostil. Precisamente siguiendo la premisa de un planeta agonizante a causa de la pertinente ficción epidémica, el nuevo juego del estudio polaco Techland, responsable de los dos primeros juegos de la franquicia ‘Dead Island’, nos vuelve a presentar un entorno abierto plagado de no-muertos, tensión y muchas cuestiones que resolver antes de esclarecer los hechos que pueden poner fin a los sucesos de la ciudad de Harran.

 

Oriente medio sufrió una epidemia zombi hace dos meses y ha sido puesto en cuarentena. Entre los supervivientes hay dos facciones: el grupo liderado por el profesor Harris Brecken y mercenarios carniceros bajo el mando de un señor de la guerra conocido como Rais. En ‘Dying Light’ el jugador encarna a Kyle Crane, un agente encubierto que llega a la ciudad para investigar y recuperar unos documentos de gran relevancia para el futuro de la humanidad. Pero la misión se complica nada más comenzar, ya que un accidente antes de llegar a la zona de Herren prevista para la incursión, separa irremediablemente a Crane de los planes originales, algo que finalmente permitirá al agente infiltrase entre los corredores de Brecken sin mucho esfuerzo.

 

 

 

Despacio, despacio

Tras una breve introducción, las primeras secuencias del videojuego se desarrollan en la comunidad de supervivientes organizada en un edificio. Entre ellos hay experimentados corredores y expertos en parkour que exploran las áreas urbanas para recoger suministros y resolver tareas para la comunidad. El otro grupo está compuesto por una camada de asesinos armados que actúan bajo las órdenes de un antiguo político de la zona, ahora reconvertido en un señor de la guerra que extorsiona al resto de supervivientes e impone su soberanía por medio de la violencia.

Al igual que sucede con muchos juegos que se centran en la evolución del personaje, ‘Dying Light’ es un título más pausado durante las primeras horas. Mientras las competencias en combate, movimiento y habilidades se encuentran en sus fases iniciales, el juego puede parecer torpe e impreciso. La resistencia de las armas es mínima, la locomoción es lenta, y el daño causado es poco más que ineficaz. El progreso de habilidades es gradual, pero termina marcando la diferencia. En los primeros momentos el jugador solo tiene acceso a armamento rudimentario y movimientos como correr, saltar o trepar. Arsenal y habilidades que van creciendo junto a las dinámicas, que sufren un cambio drásticamente positivo según pasan las horas.

 

 

 

 

La estructura de ‘Dying Light’ recuerda bastante a otros exponentes del género: La comunidad que vive en el ghetto, el señor de la guerra psicopática, torres inaccesibles donde llevar a cabo varias misiones, bases infestadas que limpiar para convertir en áreas seguras, ritmo y progreso con árbol de habilidades y, como era de esperar, personajes no jugables (PNJ) que están continuamente alegando que somos la última esperanza para la comunidad por nuestro talento natural para resolver problemas. Lo que nos lleva a otra cuestión ¿Por qué las misiones y tareas encomendadas al salvador tienen tan poca importancia? A nadie le gusta ser el chico de los recados y en el juego no dejamos de repetir objetivos como por ejemplo buscar elementos en un lugar peligroso y entregarlos por toda la ciudad, conseguir un dulce para la madre muerta de un esquizofrénico o amenazar a ciudadanos indefensos para negociar. Por desgracia son pocos los momentos donde el jugador puede sentir que las tareas son realmente relevantes, como la investigación de la memoria caché de un ordenador o hacer saltar un nido de infestados.

 

La tranquilizadora influencia del sol

 

En relación a los infestados, el juego incorpora una selección de consumidores de carne muy variada que va desde pequeñas variaciones del típico no-muerto ambulante y hambriento, pasando por matones armados con mazos, hasta los terribles cazadores nocturnos. Hacer frente a estos ejemplares es bastante complicado, ya que una vez nos localizan persiguen al jugador hasta el infinito con una violencia extrema, de modo que la manera más fácil de evitarlos es el silencio y la discreción. Pero como en casi todos los juegos que implican pandemias zombi, en ‘Dying Light’ los muertos vivientes no son necesariamente el único enemigo. Son una parte más del hostil ambiente en el que se ha introducido a los jugadores. Intentar matar a todos los que te cruzas supone un esfuerzo inútil, ya que sólo sirven a sus objetivos primarios y no están en disposición de empeorar más la situación.

 

 

 

 

El sistema de ciclos día/noche también constituye un elemento muy a tener en cuenta por los jugadores de ‘Dying Light’. Durante el día recorrer la ciudad llena de zombis es peligroso, pero es por la noche cuando la experiencia se convierte en una pesadilla. Hay determinados tipos de estas criaturas que sólo aparecen tras la puesta del sol y son tan rápidos como letales. Para la primera misión el tiempo del guion marca que los hechos se deben suceder al abrigo del sol, sin importar cuanto tiempo tarda el jugador en completar el objetivo. Una vez terminada esta primera incursión, las agujas del reloj comienzan a avanzar inexorablemente dando lugar a variaciones naturales de día y noche. Esto permite establecer diferencias en la campaña, ya que mejora la dinámica creando en el jugador una sensación de urgencia y tensión que permite que siempre se controle el tiempo con cuidado.

Para hacer frente a todas estas amenazas ‘Dying Light’ incorpora un arsenal que principalmente se compone de armas blancas y de ataque cuerpo a cuerpo. Empleando el sistema de combinaciones que tan bien maneja la desarrolladora, el título permite al jugador crear armas combinadas con cuchillos, palos, martillos, hachas y básicamente cualquier cosa que se pueda utilizar para hundir la cabeza de un zombi. Además de diferentes rangos de daño a raíz del propio poder del arma y las diferentes combinaciones, el armamento también se desgasta y puede ser reparado sólo un número limitado de veces, mientras que las armas de fuego son, digamos, poco frecuentes, aunque más extraño es encontrar munición. Aquí las balas son un artículo de lujo y emplearlas no mejora el resultado de una refriega, ya que el ruido producido por las detonaciones atrae a los zombis, lo que se traduce en interminables hordas de comedores de carne atraídos por el ruido de los disparos. De manera que no siempre es buena idea tirar de gatillo.

 

 

 

 

¿Fallos? Los de siempre

Por desgracia y como es de esperar en los juegos de mundo abierto, ‘Dying Light’ hace suyos algunos de los problemas técnicos más recurrentes dentro del género. Cuando no son las texturas y los cambios de iluminación, son los problemas en el sistema de colisiones los que en ocasiones aportan problemas a los modelados y ambientes. Los jugadores más exigentes también se fijarán en charcos que no se mueven, espejos que no reflejan con claridad, multitud de cristales que no se rompen y poco o ningún reflejo de las heridas infringidas a los enemigos en la ropa. Todo es muy sutil y se necesita analizar los escenarios con atención para darse cuenta, pero ahí está. No obstante, el equipo de desarrollo ha empleado un sistema de iluminación basado en la física de su propio motor Chrome Engine 6. Esto les ha permitido crear una iluminación y unas sombras mucho más realistas, lo que hace que sea un juego mucho más natural en comparación con ‘Dead Island’. En resumidas cuentas, ‘Dying Light’ luce un aspecto general muy agradable. Aunque solo los personajes principales cuentan con modelados que plasman rasgos expresivos y los escenarios están lo suficientemente detallados en relación al tamaño del mapa del juego.

Localizar y situar la acción en una zona urbana de oriente medio también aporta un toque característico a la producción, que por encima de todo es gráficamente brutal, repleto de sangre, cadáveres y despojos como parte de la decoración. La lucha contra los zombis es bastante gráfica, repleta de golpes que se dejan sentir y mucho desmembramiento. Con todos estos elementos queda claro que si el jugador tiene problemas con la violencia, este juego puede causarle cierta agonía.

 

 

Compartiendo zombis en el modo cooperativo y competitivo

El modelo multijugador cooperativo de ‘Dying Light’ puede generar buenos momentos, pero sufre al romper la atmósfera que ofrece la historia. La vertiente cooperativa no se encuentra localizada en una sección independiente, es decir, se establece dentro de la propia campaña. Las bases del modelo multijugador están planteadas para permitir que nuevos jugadores interrumpan la propuesta narrativa, aunque afortunadamente las invasiones de jugadores tanto en el cooperativo como en el competitivo, son opcionales. Cada jugador decide en cualquier momento si está dispuesto o no a compartir la sesión de juego. Al menos tenemos la propuesta que ofrece el modo ‘Be The Zombie’, el cual permite al jugador participar adoptando el papel de un infectado con el objetivo de saltar al mundo de otros jugadores para cazar a los humanos que sigan vivos. El monstruo aquí es, obviamente, más fuerte, pero es totalmente vulnerable con algo de luz ultravioleta.

En cuanto al audio, el juego llega a nuestro país completamente localizado en textos y doblado en castellano con algunas actuaciones más acertadas que otras, básicamente solo las interpretaciones de los protagonistas aportan algo de emoción a las escenas. La música y los efectos también cumplen sobradamente su función, acompañando cada escena con diferentes tonalidades: algunas para los momentos más frenéticos y caóticos y otras más tranquilas para amenizar las pausas y transiciones en nuestra visita a Harran.

 

Conclusiones

‘Dying Light’ combina varios conceptos ya vistos anteriormente aunque aportando interesantes novedades. Las referencias a otros títulos son extensas, pero gracias al magnífico ciclo de noche/día, su fluida movilidad, los detallados escenarios y la variedad de enemigos, el juego termina por adquirir personalidad propia. La historia no es sorprendente aunque tampoco está mal estructurada y los personajes tienen carisma, con muy poco se les puede llegar a coger cariño. Pero ‘Dying Light’ necesita algunas dosis de paciencia hasta que se convierte en algo realmente interesante y atractivo. Tan solo hay que esperar para acostumbrarse a su sistema de control, que como parte del proceso termina mostrándose muy intuitivo. Techland no ha reinventado el género, pero demuestra que ha sabido evolucionar favorablemente. Incluso con los fallos más típicos del genero a sus espaldas, ‘Dying Light’ es un juego sólido y completo con el potencial para complacer tanto a los fans de los juegos de zombis como a cualquier jugador que disfrute de una buena aventura en mundo abierto.

 

Dying Light - Launch Trailer

 

  • Título: Dying Light
  • Género: Acción
  • Fecha de Lanzamiento: 27/01/2015
  • Plataforma: PC, PS4, Xbox One
  • Soporte: DVD / Bluray
  • Desarrolladora: Techland
  • Productora: Warner Bros
  • Distribuidora: Techland
  • Multijugador: Si
  • Manual: Castellano
  • Idioma: Castellano
  • Voz: Castellano
  • PEGI: +18
  • Precio: Consultar

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