Como adelantábamos, en Babel Rising el jugador desempeña el papel de Dios con el poder supremo de una deidad como tal. El objetivo será evitar que los trabajadores finalicen la construcción de la torre utilizando poderes relacionados con el agua, fuego, tierra y aire. Más concretamente a través de tornados, bolas de fuego, terremotos, y otras lindezas del mismo tono apocalíptico. La mecánica del juego es la famosa de los juegos denominados Tower Defense aunque con el sistema de juego invertido, ya que en esta ocasión tomaremos el papel del destructor en lugar del defensor de la torre. Los primeros niveles del modo campaña sirven como tutoriales, en los que de manera sencilla, se aprenden a manejar los controles del juego y los diferentes tipos de unidades que debemos destruir a medida que avancemos en las misiones posteriores. Los controles dependen de un puntero que se desplaza con el stick izquierdo, mientras el segundo bastón controla la ubicación de la cámara a través del escenario para acceder a los puntos donde se produce la acción.
No es tan fácil ser Dios
Antes de comenzar cada misión el jugador debe decidirse por dos de los cuatro elementos que forman el arsenal divino y así evitar la construcción de la torre. Cada uno de estos elementos depara nefastas consecuencias en los constructores. Los ataques se focalizan en los puntos que el jugador considere oportuno, variando únicamente el radio de acción. Con el fuego podremos crear bolas de fuego, o un gran muro de llamas que impide a los trabajadores continuar con la construcción. La lluvia permite ralentizar el progreso de los obreros o la ventisca, por ejemplo, asesta un ataque de frio que destruye prácticamente todo lo que toca. Pero también podemos influir en la tierra, ya que en nuestras manos recae la posibilidad de castigar a los osados constructores lanzándoles piedras o mediante terribles terremotos que hacen estremecer el suelo por donde pisan los insignificantes ciudadanos. No obstante, no solo tendremos que hacer frente a los osados obreros, pues estos van acompañados de sacerdotes, unos protectores de la obra que obligan al jugador a determinar qué tipo de ataque es el adecuado para destruirlos, ya que su función es vital al aumentar la moral y permitir que los obreros no caigan presa del pánico ante tu cólera de destrucción. Por último también aparecerá un tipo especial de obrero, el llamado Tarro Maldito, un constructor que porta un artefacto que al destruirse ralentiza nuestro ritmo.
El nivel de dificultad del juego comienza con un ritmo pausado y pocas unidades de construcción, lo que inevitablemente permite un comienzo demasiado fácil, pero más tarde, cuando las unidades mencionadas se muestran en la pantalla, el juego se convierte en una experiencia frenética con una ingente cantidad de efectivos en una incesante sucesión de mareas humanas con el único propósito de alcanzar finalizar la construcción hasta la cima. Las misiones de la campaña básicamente consisten en resistir un número determinado de hordas y desafíos de tiempo. Del mismo modo hay que añadir un modo supervivencia con dos modos de dificultad, uno fácil denominado Divinidad y otro bastante más complicado llamado Todopoderoso, en el cual el jugador escoge el tipo de torre con el fin de aguantar el máximo tiempo posible. También contamos con opciones multijugador y cooperativas, cuya única virtud es la de ampliar la duración del juego, ya que ni expanden las opciones, ni sorprenden con los modos de juego.
Devastación con tan solo mover la mano
Babel Rising es una propuesta enfocada a móviles, donde además funciona bastante mejor debido a las posibilidades que estos ofrecen. En consola el juego divierte en momentos puntuales, pero rápidamente saca a relucir su personalidad tacaña y repetitiva con una ejecución y un planteamiento escaso y poco reconfortante que es fiel a lo que pretende, procurar una experiencia medianamente práctica y muy sencilla para cualquier tipo de jugador.
El juego es compatible con el controlador de movimiento de Xbox 360, permitiendo una experiencia bastante más interesante en cuanto al juego con mando tradicional. El apartado gráfico de Babel Rising utiliza la técnica Cell Shading para representar el juego, sabia elección dado que tanto los efectos de iluminación como los errores gráficos quedan enmascarados ante tan infantil apartado estético, de hecho, utilizar esta técnica permite dotar de cierta personalidad al juego, además de presentarlo con aspecto desenfadado e irreverente. La música y los efectos de sonido no destacan ni inspiran nada, simplemente nos acompañan en los menús y durante algunos momentos puntuales.
Conclusiones
Babel Rising nos enfrenta a una experiencia netamente árcade y carente de una profundidad que tampoco busca. Un título al que fácilmente se puede tildar de monótono y repetitivo. Su planteamiento más centrado en dispositivos de telefonía móvil no ha permitido al estudio de desarrollo aprovechar mejor las escasas buenas ideas que implementa, aunque también se podría haber mejorado bastante la presentación del producto ofreciendo algo más elaborado para un público de consola, algo que al menos permita a los jugadores plantearse de manera seria la adquisición del descargable en un soporte que ofrece propuestas bastante interesantes e infinitamente mejor elaboradas. De modo que los 9,99 euros o los 1200 puntos Microsoft que cuesta el juego son excesivos a tenor de la calidad del producto y la cantidad de entretenimiento que proporciona.
