Avance Shadows of the Damned

Analisis

Avance Shadows of the Damned

Escrito por Carlos de Ayala Lunes, 30 Mayo 2011

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Muchos se empeñan en laurear la supuesta falta de creatividad de los nipones para hacer videojuegos, apostando que las extravagantes propuestas nacidas en el imperio del sol naciente sólo apelan a la audiencia local, mientras en occidente lejos de comprenderlos nos preguntamos en que se basan para sacar esas extrañas ideas. Pero la realidad es más fuerte que una constante campaña de desprestigio desmedido sobre las cabezas creativas de muchos de los responsables de la bonanza actual de la industria, tanto en número de producciones como en calidad y variedad de las mismas. Gran muestra de ello lo encontramos en Shadows of the Damned, la conjunción de las mentes más brillantes en la creación de videojuegos japoneses, Shinji Mikami, Suda 51 y Akira Yamaoka.

Primero fue Killer 7

Shadows of the Damned no es la primera ocasión en la que estos genios combinan fuerzas y estilos para un proyecto conjunto, pues anteriormente se juntaron para crear Killer 7, una de las obras más excéntricas, mejor diseñadas y con mayor enfoque artístico de todos los tiempos en la industria. Esta surrealista mezcla de géneros con matices de shooter fue víctima de críticas llenas de claroscuros y no alcanzó las cifras de ventas esperadas, algo que no ha evitado que estos excepcionales creadores se vuelvan a enamorar de un proyecto conjunto.

Aunque la argumentación del juego parte de las premisas más simples y trilladas de todos los tiempos, con princesa, malos y rescate de amada incluido, la producción se aleja bastante de los cuentos infantiles, de hecho supone un clara contraposición con todo lo que podamos apuntar como infantil, gracias en parte a la soltura insolente e irreverente de García Hotspur, nuestro protagonista y un cazador de demonios al que el rey del inframundo ha despojado de su amada Paula como venganza por la muerte de algunos demonios bajo su espada.

e este modo Hotspur comienza su particular venganza viajando a través de las fauces del Averno con la firme intención de recuperar a su amada. Como se puede vislumbrar la trama es un tanto lineal, con un objetivo definido, aunque sin faltarle los toques retorcidos que completan la narrativa. Esta forma de interpretar la argumentación es una clara marca dentro de la tradición de Grasshopper de cargar sus producciones de humor negro y momentos grotescos.

Luchando en un infierno a medida

El infierno que nos presenta Shadows of the Damned también se aleja de los escenarios de fuego y azufre por doquier que se representan en las obras clásicas, aquí el equipo de desarrollo ha mostrado su particular visión del inframundo, un universo deprimente y perturbador con una ciudad que desprende reminiscencias del Londres de la época victoriana combinado con toques góticos y desde luego, muchos litros de sangre, todo con el fin de lograr un marco apropiado para que los malvados habitantes de la escalofriante urbe infernal se encuentren cómodos. Dentro de esta particular concepción del infierno, los demonios prefieren el frio abrazo de la oscuridad, y mientras se encuentren bajo el manto sombrío no pueden ser dañados, lo que permite que la luz se convierta en un elemento clave dentro de la mecánica del juego.

De este modo, para avanzar en los diferentes escenarios tendremos que buscar la forma de iluminar ciertas aéreas, lo que nos abrirá la puerta a interesantes puzles que no irán mas allá de los que se espera de un juego de acción, es decir, no pondrá nuestra capacidad intelectual en entredicho con la resolución de los problemas. Para iluminar las estancias simplemente tendremos que encender candelabros, pero también hay diversos mecanismos, como cabezas de bebé que se alimentan con ojos y vísceras para funcionar. Las sombras evocan una frenética sensación de pánico, principalmente cuando lo que se busca es salir ileso, ya que demasiado tiempo en la oscuridad es sinónimo de problemas, pues los demonios intentarán alimentarse de nuestra fuerza vital, aunque tras conocer más profundamente los mecanismos de juego y dispersar las sombras podremos eliminar a los enemigos con armas convencionales.

¿Como acabo con tanto demonio?

Nadie dijo que este viaje al inframundo seria un paseo por el parque, más bien todo lo contrario, pero el antihéroe cuenta con un arsenal suficiente para terminar lo que vino a hacer. Nuestro arsenal se compone de pistola, rifle de asalto, escopeta y lanzagranadas, aunque todo queda reducido al uso de una única arma, que además es nuestro inseparable compañero en la dantesca aventura. Su nombre es Johnson, un cráneo de fuego bastante charlatán con un marcado acento británico que aporta la mayor cantidad de lenguaje obsceno y mucho más doble sentido del que podríamos esperar en cualquier juego. Así, Johnson puede transformarse en cualquier arma con tan solo apretar un botón del mando, además de absorber huesos para transformarlos en balas.

Los controles responden de forma intuitiva y los tiroteos son salvajemente satisfactorios, mientras que en las mejoras para el protagonista no hay mucha complicación, ya que para aumentar nuestro nivel en el sistema de progresión, tan solo tendremos que adquirir unas gemas rojas que se asignan a una tabla en la que podremos aumentar la cantidad de daño, velocidad de recarga de armas e incluso cantidad de vida, entre otros.

Conclusiones

A primera vista el juego puede parecer una producción más de disparos en tercera persona, aunque rascando un poco es fácil darse cuenta que se trata de una casi perfecta y brutal combinación entre los elementos de acción característicos de Resident Evil 4, con la desbordante imaginación y nivel de creación de Suda 51, que aporta una narrativa tan extravagante que raya en lo absurdo, algo realmente estrafalario que escapa de toda coherencia, aunque si algo deja claro Shadows of the Damned es que promete ser una experiencia como mínimo refrescante como su planteamiento.